Nos sentamos sobre los talones con la columna vertebral erguida,
inspiramos y levantamos los brazos.
Al exhalar nos plegamos
llevando el tronco hacia los muslos
hasta apoyar la frente en el suelo.
Las vertebras se abren y estiran
y se estimula así la médula espinal.
Al quedar el abdomen pegado a los muslos y no poder expandirse en las inspiraciones,
se movilizan las costillas ampliando la caja torácica a la vez que se masajea la región abdominal.
Se flexibiliza la columna y la zona pélvica.
Luego llevamos los brazos hacia atrás
con las palmas hacia arriba y los hombros relajados:
En esta postura final,
respiramos lenta y profundamente
relajando la espalda conscientemente en cada espiración.
Inspiramos y al exhalar, relajamos la cara, el cuello, los hombros
y toooooda la columna vertebral.
--❄--
¡Procuraré hacer más esta postura!
ResponderEliminarDespués de días de intenso trabajo o irregulares, te recomiendo la siguiente práctica:
ResponderEliminar-Apanasana (post del 20-12 2010)
-Torsión en el suelo
-optativo y si te apetece, Viparita Karani y puente
-Yoga Mudra con puños (post del 19-01-2011)
-POSTURA DEL NIÑO
-Shavasana (aquí, empezando con unas cuantas respiraciones yóguicas completas y luego relajación)
Gracias siempre por tus comentarios y feliz práctica!
MIl gracias corazón por tus dulces palabras.
ResponderEliminarXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
Que envidia me das, hace meses que no practico, me has recordado lo bien que sienta.
ResponderEliminarUn besazo,