Hoy traigo un cuento.
No sé si conocéis La sopa de piedra.
Es un cuento popular que tiene mil versiones.
Os cuento la mía.
A una pequeña aldea llegan unos viajantes decididos a comer algo.
Al ver caras avinagradas a diestro y siniestro,
una de las chicas del grupo, la más avispada,
se planta en la plaza y muy sonriente dice:
"Venimos de muy lejos a compartir con todos vosotros nuestro secreto:
la sopa de piedra."
Acto seguido, lava en la fuente un guijarro que tenía en su bolsa,
se dispone a hacer un fuego en medio de la plaza y
pide prestada una olla para poner al fuego...
Al minuto ya están muchos aldeanos rodeando a los viajantes.
Vuelve a hablar la chiquilla:
"A cambio sólo os pediremos que observéis muy atentamente."
Todo el interés de los aldeanos estaba ya en aquella olla
que la niña llena de agua, pone al fuego y donde echa la piedra.
Y dice... "Si alguien me trae un poco de sal y laurel..."
Y raudo un chiquillo va a por ello.
Luego susurra... "Si alguien tuviese una patata o un simple nabo"
Y una señora vuelve con dos o tres patatas, unas cebollas, un nabo
y tres zanahorias en el mandil...
Y... "Si le echamos unas setas y unas alubias..."
Enseguida apareció alguien con ello.
Unos trajeron pan y queso
y también unas jarras de vino.
Mientras aquello se cocía empezaron a charlar,
por atrás a dar palmas y
otros a cantar y a bailar...
Cuando ya empezó a anochecer y que repartieron sopa para todos,
tenían montado un fiestón en toda regla...
Dijeron los visitantes: "Este es el pueblo más alegre que jamás se ha visto."
Y los aldeanos: "Vosotros nos habéis dado el mayor de los regalos, el secreto
de como hacer la sopa de piedra, algo que nunca olvidaremos y que nos ha hecho felices."
Alguien finalmente comentó:
"La realidad no es un secreto, sólo compartiendo y cada uno aportando lo suyo,
se puede montar una fiesta tan magnífica!"
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
♡