miércoles, 23 de febrero de 2011

Bailando un tango



Discepolín

Letra de Homero Manzi (Homero Nicolás Manzione Prestera)
Música de Aníbal Troilo (Aníbal Carmelo Troilo)

Sobre el mármol helado, migas de medialuna
y una mujer absurda que come en un rincón;
tu musa está sangrando y ella se desayuna,
el alba no perdona, no tiene corazón...
Al fin, ¿quién es culpable de la vida grotesca
y del alma manchada con sangre de carmín?
Mejor es que salgamos antes de que amanezca,
antes de que lloremos, viejo Discepolín...

Conozco de tu largo aburrimiento
y comprendo lo que cuesta ser feliz,
y al son de cada tango te presiento
con tu talento enorme y tu nariz,
con tu lágrima amarga y escondida,
con tu careta pálida de clown
y con esa sonrisa entristecida
que florece en verso y en canción.

La gente se te arrima con su montón de penas
y tú las acaricias casi con temblor;
te duele como propia la cicatriz ajena:
aquél no tuvo suerte y ésta no tuvo amor...
La pista se ha poblado al ruido de la orquesta,
se abrazan bajo el foco muñecos de aserrín...
¿No ves que están bailando? ¿No ves que están de fiesta?
Vamos, que todo duele, viejo Discepolín...










3 comentarios:

  1. Bien, muy bien ese homenaje al tango.

    Un abrazo
    Jesús

    ResponderEliminar
  2. Gracias Jesús, el tango siempre me atrapa y deja sin palabras.

    Besos

    ResponderEliminar
  3. No te lo vas a creer Milena, andaba buscando un tango, de esos que llegan al alma, para ponerlo.
    Al venir a tu blog me he encontrado lo que buscaba.
    Wowwwwwwwwwwwwwww.
    Creo firmemente que estamos conectados; aunque sólo unos pocos somos conscientes.
    ¿Cómo te voy a olvidar????
    MIl besos corazón.
    XXXXXXXXXXXXXXXXXX

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario