martes, 29 de marzo de 2011

Primavera



Me inspira 
la palabra japonesa 

sakura 

flor de cerezo.




Busco algún haiku 
sobre la primavera.




sakura saku koro
tori ashi nihon
uma shihon

Cuando florece el cerezo,
dos patas para el pájaro
cuatro para el caballo.


me wa yoko ni
hana wa tate ni
haru no hana

Ojos horizontales,
nariz vertical;
flores de primavera

                                                    
Los dos haikus
son de Onitsura (1660-1738) 
maestro y precursor del haiku.
Sakura es la flor nacional del Japón,
símbolo del orgullo de sus guerreros.




❀❀❀


En un libro de poesía china,




 elijo este poema de la poetisa
LI TS´ ING CHAO  (dinastía SONG - 960-1279):


Llegó la primavera hasta la puerta grande
y ya la hierba ofrece un verde de matices azulados.

Las flores rojas del melocotonero, aún no del todo
abiertas, forman pequeñas bolas.

Se han esfumado los ribetes de jade verde que tenían
las nubes, y ahora son nada más que jade blanco.

Quieto está el polvo.

Yo, en un sueño profético que es fácil de entender,
rompí y vertí una copa llena de primavera.

Pesa sobre las transparentes cortinas la sombra de las flores.

Con los tonos naranja del crepúsculo
funde la luna su luz pálida.

Tres veces en dos años hube de padecer la ausencia
del Señor del Este.

Ahora retorna.

Y mi alegría rebasa la nueva primavera.






miércoles, 23 de febrero de 2011

Bailando un tango



Discepolín

Letra de Homero Manzi (Homero Nicolás Manzione Prestera)
Música de Aníbal Troilo (Aníbal Carmelo Troilo)

Sobre el mármol helado, migas de medialuna
y una mujer absurda que come en un rincón;
tu musa está sangrando y ella se desayuna,
el alba no perdona, no tiene corazón...
Al fin, ¿quién es culpable de la vida grotesca
y del alma manchada con sangre de carmín?
Mejor es que salgamos antes de que amanezca,
antes de que lloremos, viejo Discepolín...

Conozco de tu largo aburrimiento
y comprendo lo que cuesta ser feliz,
y al son de cada tango te presiento
con tu talento enorme y tu nariz,
con tu lágrima amarga y escondida,
con tu careta pálida de clown
y con esa sonrisa entristecida
que florece en verso y en canción.

La gente se te arrima con su montón de penas
y tú las acaricias casi con temblor;
te duele como propia la cicatriz ajena:
aquél no tuvo suerte y ésta no tuvo amor...
La pista se ha poblado al ruido de la orquesta,
se abrazan bajo el foco muñecos de aserrín...
¿No ves que están bailando? ¿No ves que están de fiesta?
Vamos, que todo duele, viejo Discepolín...










viernes, 18 de febrero de 2011

La tarta de Oli


125 g de azúcar, 150 g de harina, 6 huevos, una pizca de sal, ralladura de medio limón y una punta de cuchillo de levadura en polvo (no lleva mantequilla ni aceite!).

Se mezcla todo menos las claras de los huevos que se suben a punto de nieve y que luego se añaden a la mezcla.

Al horno: 40 minutos a 180 grados.

Para el relleno: 500 ml de nata y fresas al gusto.

Para la cobertura: 150 g de chocolate y almendra troceada.



    ¡Felicidades Olivia, 
tu tarta estaba buenííísima!


miércoles, 9 de febrero de 2011

El gran giro de Baryshnikov


Bien sabe Olivia que uno de mis bailarines preferidos de siempre,
es Baryshnikov...





Y ahora, ha sabido dar un giro ¡redondo! 
y bailar acoplándose a lo que puede hacer de maravilla... 
la música que cantaba el gran Sinatra:




Y desde Sinatra... 
un salto para recordar a mis padres que tanto y 
tan bien han bailado siempre...




Piqué piqué, déboulé déboulé déboulé, grand jeté... 

Gracias y felices bailes!



miércoles, 2 de febrero de 2011

Vibrando con la danza




Hay muchos, muchos bailarines, 
pero sólo unos pocos nos hacen realmente vibrar...
Estos no sólo tienen una gran técnica y la trabajan día a día... 
tienen algo más.




Aquí os presento a la argentina Paloma Herrera (1975)
prima ballerina del American Ballet Theatre.






Y a la fantástica Polina Semiónova (1984), jovencísima rusa y
prima ballerina del Staatoper Unter den Linden de Berlín:




            
      
¡Disfrutad!


martes, 25 de enero de 2011

Ghee - Proceso de elaboración

El ghee es mantequilla clarificada.

Se usa para cocinar en vez de aceite o mantequilla, para untar en el pan
y también como crema corporal,  si se añaden aceites esenciales.





El proceso es fácil, pero hay que estar muy pendiente para que no se queme.

Se trata de calentar a fuego muy lento y durante más de media hora, medio kilo de mantequilla para lograr que por un lado se separen las proteínas lácteas y por otro que se evapore el agua que contiene la mantequilla.




Para ello, se pone simplemente a derretir la mantequilla en una cacerola preferiblemente de acero inoxidable y a fuego lentísimo y se va removiendo de vez en cuando con cuchara de madera para 
que las partículas de proteína se queden en los bordes del cacharro.

Al principio se verá que surge bastante espuma en la superficie.




En este punto hay que tener paciencia... remover de vez en cuando y cuidar ese fuego...

Estará cuando percibamos un olor característico a galletas de mantequilla: Pon mínimo media hora!




Al lado tendremos preparado un colador forrado con una gasa estéril -de las que venden en las
farmacias- encima del cacharro de cristal donde guardaremos el ghee o, como en este caso, encima de una jarra para verterlo en los frascos.




Esta tanda que muestro aquí la he hecho en varios frasquitos ya que luego, antes de que se enfríe el ghee, echaré aceites esenciales y lo usaré como crema corporal -es fantástica para los pies, para las cutículas, para los codos...




Calcula más o menos 20 gotas de aceite esencial puro en un tarro de 30 g, y échalo antes de que el ghee se enfríe.



  
Al enfriarse verás que cambia de color...


El ghee no hace falta guardarlo en la nevera y tiene vida útil ilimitada, y según la medicina Ayurvédica tiene múltiples propiedades.


¡Suerte y Salud!